martes, 15 de noviembre de 2011
Medio año indignad@s (6 meses desde el 15M)
Uff, parece ayer pero el movimiento 15M ya tiene medio año. De elecciones municipales a elecciones generales las personas que han entrado en contacto con las protestas, asambleas, artículos o redes sociales del movimiento han podido porfin hablar, opinar y analizar libremente la situación política y económica que estamos viviendo.
En ese sentido en medio año se ha conseguido unas altísimas cotas de concienciación social sobre el sistema capitalista que no sólo se ha dado en el estado español sino que con el tirón del 15 Octubre está dando la vuelta al mundo.
Pero han sido meses agotadores de movilización, multitud de propuestas, lluvia de ideas, manifestaciones, asambleas, etc
La población está agotada de protestar, cansada de debates eternos y más involucrada en acciones puntuales o luchas concretas.
Llegado el consenso social respecto a que el sistema capitalista no funciona, a que los mercados nos están saqueando, a que los políticos no son más que títeres que obedecen a intereses ajenos a la soberanía nacional, que reside según la constitución en el pueblo, la demanda generalizada ya no son acciones de denuncia sino alternativas a las que aferrarse. Ya no basta decir que nos están robando. Se pide alternativas que además puedan dar solución a problemas inmediatos como la supervivencia ( falta de trabajo, agotamiento de ayudas/subsidios, salarios atrasados/vencidos ), vivienda ( desahucios, desalojos, imposibilidad de adquirir ayudas a vivienda ), democracia ( corrupción, tratos de favor, defensa de intereses comerciales, recorte de derechos, recortes presupuestarios ), atención social ( destrucción de servicios hospitalarios, privatización del sistema educativo, privatización de la sanidad, subida de precios de luz, agua, gas, etc ) y sostenibilidad ( encarecimiento del transporte ferroviario, recortes a proyectos ecológicos, abandono del ahorro energético, sometimiento al lobby energético con dinero público, recortes drásticos en I+D e investigación científica de primera necesidad ).
En mi opinión, este medio añito de vida supone un punto de inflexión en el que al leer el sentir general de la población siento que se pide pasar de la indignación, al compromiso. Compromiso con luchas como la de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca ( PAH ), compromiso con los servicios públicos, compromiso con la soberanía alimentaria, compromiso con los derechos de los trabajadores, etc, etc
Porque al encontrarnos en las plazas se ha dado voz a todos los problemas que nuestra sociedad padece, hemos podido conocer todas las trincheras que la población ha mantenido frente al capitalismo y en todas ellas hace falta gente comprometida.
Dentro de este panorama y conociendo ejemplos anteriores como la Gran depresión que conllevó el crack del 29 con tasas de desempleo del 50% en países como EEUU o Alemania comprenderemos que alternativas de supervivencia se hacen imperantes aún estando todavía con tasas de desempleo por encima del 20% en España en esta otra crisis que arrancó en 2008 y que ya se hace sentir duramente entre los trabajadores y desempleados.
Es por eso que parte del interés indignado se ha volcado en la construcción de cooperativas, bancos de tiempo, cooperativas de consumo, mercados de trueque, etc aprovechando las iniciativas que ya estaban en marcha antes del 15M.
Una estructura económica propia de los trabajadores es crucial para la creación de un modelo económico alternativo. Y es que la mejor arma contra un sistema podrido y caduco que no funciona es generar otro mucho mejor. Parte de la necesidad de trabajo se puede suplir localmente mediante iniciativas de este tipo, parte de las necesidades de las luchas sociales se puede cubrir con el apoyo de este tejido económico y social.
El debate que quiero plantear ahora es ¿ es suficiente la creación de cooperativas y redes de cooperación para vencer al sistema capitalista vigente en la actualidad ?
Y para este debate rescato una observación genial de Lenin : nos encontramos en un período de transición, que es la lucha entre el capitalismo agonizante pero no vencido y el comunismo naciente pero aún muy débil. Según la cual el momento histórico en el que nos encontramos es un período de transición en el que se conservan elementos del modo de producción en agonía y comienzan a manifestarse los rasgos del modo de producción que puja por nacer. Período cuya duración a priori, nadie está en condiciones de precisar y que para nada supone un tránsito lineal exento de avances y retrocesos. En la puja de quién vence a quién corresponde al estado como institución un importante papel, negarlo sería no solo un error teórico sino también un suicidio de orden práctico, el estado como nos demuestra la historia es un resultado de la división en clase de la sociedad y mientras subsistan las clases subsistirá el estado.
Y es que el capitalismo no va a caer por sí mismo por muy aguda que esté la crisis.
Históricamente las crisis han servido en el capitalismo para que la gran burguesía salga reforzada, se acumule capital y se reestructuren las relaciones de poder económico. Todos los cambios realizados en las últimas décadas apuntan a un corporativismo global que está saliendo reforzado durante la crisis. En este contexto las iniciativas alternativas se enfrentan a unos gobernantes económicos con cada vez más poder para obligar a estados, políticos, legisladores y jueces a cumplir con sus intereses. Si con el lineamiento económico del neoliberalismo se ha dejado un estado raquítico incapaz de maniobrar ante los desvanes de la economía lo que no se ha dañado es la capacidad del estado de imponer cambios impopulares en la sociedad. Y es que el estado es una herramienta histórica de las clases dominantes y hoy en día mandan los capitalistas, los mercados, la gran burguesía, el capital financiero, los banqueros, o lo que es lo mismo: todos ellos juntos ( la burguesía ).
Es por ello que resulta necesario reconocerse en la batalla entre intereses irreconciliables: la burguesía por un lado y los que sólo contamos con nuestro trabajo como medio de subsistencia por otro, es decir, el proletariado. A esta ya antigua batalla se le llama lucha de clases y el estado es el campo de batalla donde se refleja el balance de la contienda ya que es la clase dominante la que usando el estado sale victoriosa para imponerse sobre el resto de la sociedad.
Esa lucha de clases que los poderosos se empeñaban en disimular, en negar, como cuando se atrevieron a promulgar el "fin de la historia" en la tesis de Fukuyama en la significativa fecha de 1989 sintiéndose triunfadores con las manos libres para hacer los destrozos que nos han traído al momento actual. Pueden engañarse a sí mismos pero no pueden ocultar la verdad matemática de un sistema desequilibrado por naturaleza, un sistema que a gran escala sólo realiza una acumulación unilateral de capital cada vez en menos manos. Los capitalistas han tenido vía libre para hacer lo que han considerado oportuno, ninguna fuerza considerable les ha hecho frente y aún así como diría Groucho Marx: "saliendo de la nada hemos alcanzado las más altas cotas de miseria".
Si durante las últimas décadas los trabajadores no hemos sido capaces de presentar batalla en esta lucha de clases hemos permitido que la burguesía haga y deshaga a su antojo usando el estado, las leyes, la economía, los organismos internacionales, las estructuras supranacionales, para conseguir siempre más y más márgenes de beneficios en su suicida carrera competitiva entre capitalistas de todo el planeta.
Ahora estamos en condiciones de ser conscientes de que sin batalla la lucha está perdida, y perder significa no comer, no tener futuro, no tener una vida digna, ni nosotros ni nuestros descendientes. Porque cuando pase la crisis las condiciones de vida de los trabajadores se habrá reducido hasta donde los márgenes de beneficio consideren oportuno dejándonos sin derechos, divididos y con menos recursos.
Cuando Lenin se planteaba la construcción de un modelo económico alternativo que venciera al capitalismo basándose en los principios marxistas de lucha hacia el socialismo comprendía que toda alternativa enfrentada al capitalismo empieza débil, en inferioridad de condiciones, y que sin tomar la herramienta del Estado jamás podría defenderse del ataque de los poderes establecidos.
Una de las formas que tuvo Lenin de crear un modelo económico en el que el Estado sirviera al pueblo fue defender la creación de cooperativas de todo tipo, dándoles créditos, formación, conectando la industria con las necesidades del campo y sobretodo manteniendo la propiedad colectiva de los medios de producción. Al igual que en los ejidos mexicanos ( fruto de la revolución mexicana reflejado en su constitución ) los campesinos eran dueños del fruto de su trabajo, de sus cosechas, de sus animales, de sus casas, pero no de la Tierra. De la misma manera necesitamos fórmulas actuales que permitan una propiedad colectiva de los medios de producción que garanticen la horizontalidad en el trabajo de manera que todos estemos en igualdad de condiciones para desarrollar nuestro trabajo y nuestras aptitudes. Y para eso necesitamos tomar los medios de producción, para eso necesitamos usar el Estado en defensa de los medios de producción tomados por la población. Necesitamos recuperar y proteger las grandes empresas privatizadas durante los años de política neoliberal. Porque no basta con tomarlas sino que además se requiere ayuda para que recuperen su mercado o clientela necesaria para funcionar. Es un proceso gradual, no necesariamente forzoso, en el que las colectivizaciones y cooperativas van ganando terreno poco a poco en la competencia frente a las iniciativas privadas gracias al apoyo del Estado de los trabajadores y el esfuerzo conjunto de la sociedad. Hasta que en un futuro otra generación que haya nacido en un mundo libre de capitalismo pueda plantear la disolución del Estado, la autogestión de la sociedad y la desaparición efectiva de las clases sociales.
Si el Estado cae en manos de los trabajadores servirá para los mismos trabajadores pero si no existe o cae en manos de la burguesía en un mundo capitalista todo proyecto emancipador acabará abortado por quienes ostenten el poder real.
Es una labor costosa, combatir los prejuicios generados desde la ideología dominante durante años respecto a los términos marxistas, tener que reconocer que lo que esta generación indignada está descubriendo ya lo vivieron otras generaciones de incluso hace 100 años, pasar de la actitud reactiva ante los golpes del sistema a una actitud constructiva de alternativas, pero es una labor que toda persona comprometida debe asumir para poder construir una salida, para poder generar esperanza, para poder crear un mundo mejor.
En ese esfuerzo nos reconocemos y en ese camino nos encontramos.
¡ Salud y felices 6 mesecitos, 15M !
Textos referenciados:
Lenin: estado y economia en la transición al socialismo
http://www.nodo50.org/cubasigloXXI/congreso08/conf4_hernandezp.pdf
http://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oe12/lenin-obrasescogidas12-12.pdf
Lenin: Imperialismo, fase superior del capitalismo
http://www.marx2mao.com/M2M%28SP%29/Lenin%28SP%29/IMP16s.html
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Estoy de acuerdo con lo que planteas. En esa línea, puedes echar un vistazo a http://www.pce.es/descarga/20091106_08_docpce_xviii_cong_tesis_politicas_def.pdf
ResponderEliminary a http://www.pce.es/secretarias/secprograma/pl.php?id=4712