La escuela moderna, de la que Ferrer i Guardia fue pionero, era una escuela racionalista basada en estos principios básicos de la educación de los niñ@s:
1. La educación de la infancia debe fundamentarse sobre una base científica y racional; en consecuencia, es preciso separar de ella toda noción mística o sobrenatural.
2. La instrucción es parte de esta educación. La instrucción debe comprender también, junto a la formación de la inteligencia, el desarrollo del carácter, la cultura de la voluntad, la preparación de un ser moral y físico bien equilibrado, cuyas facultades estén asociadas y elevadas a su máximo de potencia.
3. La educación moral, mucho menos teórica que práctica, debe resultar principalmente del ejemplo y apoyarse sobre la gran ley natural de la solidaridad.
4. Es necesario, sobre todo en la enseñanza de la primera infancia, que los programas y los métodos estén adaptados lo más posible a la psicología del niño, lo que casi no sucede en ninguna parte, ni en la enseñanza pública ni en la privada.
(1906 Liga Internacional para la Instrucción Racional de la Infancia)
Entre los métodos que se usaban en esta escuela el principal era el método científico, de manera que nada se aceptara por fé sino por experiencia propia, además cada alumno debía sacar su propia conclusión empírica y tenía el derecho de crear su propia personalidad. Así se fomentaba el conocimiento y aprovechamiento de las aptitudes de cada alumno, se reforzaba el conocimiento natural del mundo (una de las primeras escuelas en manejar una visión ecologista del mundo), se visitaba fábricas para conocer las condiciones de vida de los trabajadores y la tecnología productiva contemporánea, se conseguía el respeto de clase y de sexo mediante escuelas mixtas (pioneras en aquel entonces) y con visión de clase (contrario a las escuelas elitistas).
No era de extrañar que esta escuela encontrara eco entre los ateneos libertarios que formaban los sindicatos y que luego despertara tanto interés por la lectura y la política entre los trabajadores españoles de la segunda república española.
En fin, principios que en 1900 eran tremendamente novedosos y que actualmente, en pleno siglo XXI, aún deseamos su correcta apicación para liberar el potencial humano de individuos y de la sociedad hacia un mundo mejor.
A los conocimientos científicos aplicados a la educación desde la Escuela Moderna ahora además podemos contar con los grandes descubrimientos neurocientíficos que nos están permitiendo comprender el cerebro humano de manera más exacta que en el pasado.
Así llegamos a comprender cosas como que nacemos ilógicos, que funcionamos por modelos de comportamiento imitados (tradiciones, familia, entorno social) y que la lógica la adquirimos mediante aprendizaje en la escuela.
Se sabe que todos tenemos un proceso de pensamiento mental en el que hablamos con nosotros mismos y que esa cualidad favorece la creencia religiosa. Esto quiere decir que en estado natural y sin la acumulación de conocimientos de una generación a otra seguiriamos dando explicaciones místicas a los fenómenos naturales acorde a lo que la tradición y costumbres de nuestro entorno se vaya estableciendo.
También se sabe que nuestro inconsciente es el que procesa la mayoría de la información que percibimos y que el análisis consciente de la información es mucho más lenta y requiere de cierto esfuerzo.
También se comprende mejor el funcionamiento de la dialéctica por el cual los individuos enfrentan un concepto que creían válido con una nueva información que no encaja en el modelo del concepto anterior. Según nos explican los expertos el cerebro necesita encontrar un patrón, una explicación o un modelo (sean verdad o no) que le sirva para comprender la información que observa en su vida.
Toda esta información debería servir para comprender mejor la importancia de los modelos y contenidos educativos que se practican ya que son el primer paso para crear generaciones más preparadas para el desarrollo de la humanidad.
Tan sólo reflexionemos ¿ qué pasaría si se interrumpiera la educación en el mundo durante unos años ? Nuestros cerebros humanos son muy poderosos pero por defecto están preparados para la supervivencia en un medio natural hostil, sin los procesos educativos adecuados no se libera todo el potencial del humano contemporáneo que vive en sociedades civiles.
Para acompañar esta mdesta reflexión comparto dos videos que considero motivadores:
1- ¡Viva la Escuela Moderna! Francisco Ferrer i Guardia
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2- Nacemos Ilógicos. Programa REDES nº 379
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